Hace tiempo que no actualizaba mi blog. Me faltaba tiempo y cuando lo tenía pasaba que al sentarme frente al teclado, fijaba la vista en el monitor y nada….nada, ninguna idea, nada que transmitir, opinar o compartir.
Ni siquiera poner una canción…o un poema me salía. Hoy fue distinto, la razón justa que me ha movilizado puede ser por un lado algo positivo que me sucedió ayer y me llena de esperanzas para el futuro, pero creo que trato de auto engañarme. Lo cierto es que salgo de esta ausencia temporal, por dolor, un dolor fuerte por una perdida inevitable.
Mañana mi amigo del alma Daniel se va para siempre. Dani para pocos…”el oso” para todos los que lo conocemos de casi toda la vida. Lo habíamos recuperado hace un año escaso cuando regresó de vivir en Brasil, pero ahora no regresará mas a Santa Fe me ha dicho. “El oso” se va a vivir a Canadá siguiendo a su esposa que consiguió un buen trabajo en ese país…y es lógico, es justo, nada que objetar.
Me viene a la mente la canción de Alberto Cortez, “Cuando un amigo se va” y es tal cual lo dice la letra:
“Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.”
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.”
El espacio vacío que deja el “oso” difícilmente pueda llenarlo alguien, ese espacio que compartimos desde tiempos de escuela secundaria, tiempos de comienzo de militancia política, tiempos de ir tras utopías y sueños casi imposibles de alcanzar. Treinta y nueve años de amistad no son pocos, más aun cuando a ese amigo le debemos la vida.
Quizás la gente que lea esto (si es que alguien lo lee) note la diferencia ya que no es mi costumbre mencionar detalles íntimos de mi entorno familiar o de amistades, esta es la excepción y sepan perdonar si los aburro. Quería más que nada agradecer a mi amigo por tantos años de amistad incondicional, tantos años de “aguantar” mis burradas.
Para eso primero debo contarles como es “el oso” (tengo terminantemente prohibido poner su foto..o voy muerto) para graficar les diré que se parece en un 90% al actor cinematográfico Bud Spencer, ahora comprenderán el porqué de su apodo.
Juntos jugamos en nuestra juventud al Rugby, ambos tenemos la misma contextura física y éramos una dupla de temer…pilares fuertes del equipo, el pilar derecho yo pilar izquierdo y así como empujábamos el scrum también en dupla empujamos en la vida para salir adelante.
Con el oso no hacía falta que nos habláramos para saber el estado de ánimo de uno u otro, la mirada bastaba, yo era el más revoltoso y peleador, el, manso y tranquilo pero no dudaba en ponerse espalda con espalda conmigo cuando me peleaba en la calle por alguna injusticia. No me hacía falta mirar, sabía que el oso estaría ahí, nunca preguntó la razón de la pelea, nunca criticó mi forma de ser..Temeraria e impulsiva. Ya estoy hablando de él en tiempo pasado…no se fue aun y ya lo extraño.
Extraño esa forma intempestiva de llegar a mi casa, ni siquiera saludaba, entraba y ya… el era amo y señor de mi casa y yo feliz, todos en casa felices pues el solo verlo sonreír llenaba de luz, paz y armonía a todos, esa sonrisa aparecía una vez que el “señor” se había instalado cómodamente en “mi” sillón favorito y recién se dignaba a saludar con una sonrisa tan amplia y franca que desarmaba todo intento de protesta.
Se va mi amigo…se va mi “hermano” y con él se va una parte importante de mi vida, vida que conservo gracias a él.
Yo te comprendo loco lindo..Yo sé que no sos partidario de las despedidas pero no podía dejar de saludarte aunque sea de esta manera, aquí en mi blog, aquí mando yo y no podes impedirlo. Seguro leerás esto ya en viaje a Canadá…quizás en el avión..no sé. Lo que si se, es que te vas a enojar conmigo porque una forma de despedirme de vos es poniendo la canción con la que te identificábamos y que siempre fingiste que te molestaba pero por dentro se que estabas orgulloso.
Para vos oso…para vos “hermano”, hasta siempre……